viernes, 16 de mayo de 2008

Una Flor


Hace 9 años que estamos juntos, hace casi 3 que compartimos el mismo techo y hace ya casi 3 años que tenemos a nuestro elfo. Hemos pasado diversas dificultades como también grandes alegrías y por cierto, hemos ido de la mano creciendo y amando a Dieguito.

El domingo pasado fue el día de la madre, pero para mi no existe tal día ni otros de significado alegórico, pues ya un poco más viejo me he vuelto esceptico de las conmemoraciones, la gran mayoria -si no todas- se han trasformado en un jugoso negocio.

Eso que mueve a muchos a condensarlo en un día, prefiero sentirlo un poco día a día.

Ser madre es llevar a cabo tu plenitud como mujer, es manifestar tu esencial poder femenino: el poder de la fertilidad. Es enrostrarnos nuestra inferioridad como hombres, es humillarnos por no poseer el poder mágico de concebir la vida, de la misma forma como la tierra engendra al sol al amanecer.

Ser madre es crear futuro, no sé si esplendoroso como reza el himno, pero si lleno de esperanza y de sueños.

Diego nos mueve, nos invita a amarnos, a sentir su calidez, a inundarnos de su alegre inocencia. Nuestros sacrificios y penurias tienen una enorme recompensa de un valor impagable: la sonrisa de nuestro hermoso elfo.

Liz, esto lo grito a los 4 vientos y ojalá los dioses eólicos me ayuden y lleven estas palabras hacia tus oidos.

Me conformo, mi hermosa flor, con que escuches este leve susurro: te amo.

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