martes, 4 de abril de 2006

Mis 6 años con Lagos (1ra. Parte)

Probablemente cuando alguien lea esto Ricardo Lagos ya se habrá convertido en Ex Presidente de Chile. Fueron 6 años intensos, ocurrieron muchos hechos importantes para Chile y el mundo.

En el 2000 fue la histeria por el cambio de milenio y el supuesto Apocalipsis que vendría, incluso los más escépticos de los desastres divinos tenían su propio Apocalipsis, el informático, recuerden que debido a que muchos sistemas calculaban la fecha utilizando en el año sólo dos cifras -por lo que el cambio de 1999 a 2000 conllevaba pasar de 99 a 00- hizo pensar a muchos que los bancos iban a colapsar, que las cuentas corrientes iban a quedar en cero, que habrían cortes de energía, que iban a estallar bombas, misiles volarían a la deriva, entre muchas otras locuras se pensaron, pero nada de esto ocurrió. Sólo (¿tan sólo eso?) tuvimos un nuevo Presidente que tenia a medio país nervioso, la elite de este país generó a través de sus medios una histeria colectiva: ¡un presidente socialista!...¡hace 27 años hubo uno pero miren en que termino!, que el país se va a derrumbar, que va aumentar mas de lo que ya estaba el desempleo, ¡¡qué iba a haber otro golpe de estado!!. Muchas estupideces se dijeron, todo por el afán de provocar miedo en el ciudadano común. Una de las cosas que no ha dejado de hacer la elite (oculta en las sombra del poder) es provocar miedo y desesperanza ¡y por dios que bien lo hace!.

Pero bueno, (por fin para algunos) ya se han cumplido los 6 años de Lagos. Personalmente mi vida ha cambiado en muchos aspectos, cuando Lagos llegó al poder yo tenía 17 años, comenzaba el termino de mis estudios medios, 4º medio, la última generación antes de la entrada de la Reforma Educacional, la última generación que vivió y creció bajos los paradigmas de lo ´90, del seguir padeciendo una herida profunda que separaba a un país completo, de una supuesta libertad, de una “alegría que ya viene”, la generación del “no estoy ni ahí, de “da lo mismo” yo soy parte de esa generación, que no cree en el poder, que sólo desea vivir tranquilamente rodeado de las cosas más simples, de simplemente amar intensamente, ser feliz, que no le interesa cambiar las cosas, crear esperanzas ni impulsar revoluciones, sólo vivir la vida de la mejor manera posible, de arder en llamas y dejar que nuestras cenizas las lleve el viento, somos la generación que vivió presionada a cumplir las metas que nuestros padres no pudieron cumplir, hacer propia una batalla que no nos pertenece.

Mientras yo intentaba pasar lo más desapercibido posible, Lagos buscaba afanosamente la “credibilidad” del empresariado con su caballo de batalla, el ministro de hacienda, Nicolás Eyzaguirre. Se hablaba de una Agenda Pro-Crecimiento, (¿crecimiento para quien?)

Recuerdo que ese año, tenía que decidir que hacer con mi vida, mis padres y la maldita sociedad me empujaba a hacer una vida que yo no quería si no estudias no serás nadie ¡¿y acaso quiero ser algo o alguien?! Es por tu Futuro ¡¿y qué diablos me importa mi futuro?! ¿Acaso nuestra vida se desarrolla en ese espejismo llamado Futuro? Y el presente ¿qué cárajo hago con él?, ahora entiendo porqué muchos de mi generación prefirieron vivir adormecidos, sumidos en esa neblina humeante y aromática, incluso algunos decidieron apagarse sin avisar a nadie.

Terminé el 4º medio y hice mi Práctica Profesional durante el verano de 2001, después de terminada mi práctica, decidimos con unos amigos ir a recorrer el sur de Chile, fuimos a Puerto Montt y a Chiloe, fueron muy bellos esos días, estuvimos alojando a la orilla de un lago amparados por un inmenso cerro cuyo nombre nunca supe. Cuando volví a Santiago, venía dispuesto a “allanar“ mi futuro, a preparar la vieja Prueba de Aptitud Académica (PAA), -esta vez me preparaba para darla por segunda vez pues la primera ocurrieron cosas que creo no es necesario contarlas y que están relacionadas con la frase de al lado--> mis padres deseaban que fuese Ingeniero, que hiciese una carrera donde pudiese ganar mucho dinero, pero el tiempo, si, el tiempo, me desviaría de ese destino impuesto.

Ingresé a los famosos preuniversitarios, qué no vale mencionar el nombre. Lo único bueno que logré en ese lugar, fue la amistad de una gran persona y que en cierto modo me ayudó a entender pa´ donde iba la micro.

El es un entendido en las ciencias del tiempo, del actuar del hombre, de sus temores, pasiones, acciones y omisiones, de la dominación de las sombras, de las causas pérdidas, de los héroes que nacen para ser derrotados.

Fue un año tranquilo en lo personal pero caótico en lo mundial, ocurrió el ataque a las torres gemelas por parte de “terroristas” musulmanes al World Trade Center. Lo que conllevó a la “cruzada” mundial (se tomaron una enorme atribución) contra el terrorismo musulmán, por parte de los terroristas estadounidenses respaldados por los terroristas israelíes, alemanes, españoles (ellos también sufrieron en su propio territorio las secuelas de esto) entre muchos otros escudados en la defensa de la libertad, que por cierto y no puedo dejar de decir esto: esa palabra es muy ambigua como para que alguien se adjudique el significado absoluto así como también la forma en como debe obtenerse y materializarse. Cada quien entiende a su manera que es en sí esa deseada libertad.

Estados Unidos invadió Afganistán, encarceló a una gran cantidad de soldados afganos en la cárcel de Guantánamo y que incluso hasta el día de hoy, no han sido liberados.

Pasaron los días y fui a dar la PAA y me fue mal (para algunos me fue bien, por el sólo hecho de sacar puntajes altos) no quedé en la Universidad de Chile en la carrera de Licenciatura en Historia. Como no me interesaba estar otro año mas perdiendo el tiempo, opté por ingresar a una universidad Privada, que en realidad no me interesa dar a conocer su nombre, aunque mis amigos y familiares saben perfectamente cual es. El ambiente universitario era nulo, más bien había un obsesión por parte de los estudiante por ser un “universitario Combativo”, de lograr la revolución (aunque sea burguesa), de parecer alguien rebelde, más no había un afán de generar conocimiento, de crear cultura, solo deseos de ir contra la corriente sin siquiera crear un camino alternativo.
Terminé el primer año y por motivos económicos no puede continuar mis estudios, no les miento de que me deprimí bastante, ya que independiente del ambiente “estudiantil” yo, de todas formas, me juntaba con un amigo de la época del liceo y que hasta el día de hoy nos mantenemos comunicados............

paciencia ya subo la continuación......