La motivación inicial de este post era escribir nuevamente sobre Twitter, sin embargo, rumiándolo un poco entendí que el tema iba más allá. Todo esto se gatilló porque en el Twit de Chuqui él solicitó dadores de sangre para su abuelo. Encontró respuesta rápidamente lo que fue bueno para él y su abuelo. Luego conversamos telefónicamente y concluímos que Twitter como red de comunicación es muy potente. No obstante, camino a casa concluí que la cosa podía ir más allá y no sólo me refiero a Twitter sino que a la tecnología en general.
Desde la revolución industrial, el uso de tecnología paulatinamente sumo a la esfera productiva-económica la esfera doméstica. Esto no fue inmediato. Barreras económicas, sociales (el miedo a la máquina del obrero del siglo XIX por ejemplo) e ideológicas no dieron un camino expedito a su desarrollo.
La voluntad de desarrollo en la industria dió como resultado condiciones de inseguridad total en la ejecución de trabajos por parte de los obreros, además de la creciente cesantía y la consecuente precarización de las condiciones socioeconómicas de los mismos, fenómeno que se conoce como la Cuestión Social. En definitiva la tecnología no era muy popular.
Con el tiempo científicos, ingenieros y diversos centros de estudio fueron generando el conocimiento necesario para que la fabricación y/o generación de tecnologías fuera más expedita, accesible y de bajo costo.
Pero esto no podía ser trabajo sólo para técnicos, debía haber un factor humano que le diera sentido y por lo tanto le impregnara un "futuro esplendor" y en esto, diversos intelectuales y humanistas hicieron lo suyo.
Es así que en el siglo XX, el desarrollo tecnológico comenzó a tomar un nuevo aliento. Muchas empresas (IBM, AT&T) destinaron recursos a innovación y desarrollo lo que trajo como consecuencia la aparición de nuevas tecnologías: Tubos de vacio, relés entre otros dieron paso a transistores y luego a circuitos integrados. También el germen de los sistemas operativos aparece con Unix.
Podría agotar muchos parrafos con la historia de este desarrollo pero me desviaría de mi objetivo inicial que es dar una reseña del panorama actual, además harto se ha escrito sobre la historia de la computación.
El asunto es que algo que se entendió inicialmente en circulos cerrados, ya sean académicos, científicos o industriales, ya es cada día parte del patrimonio de la humanidad. Se ha humanizado por decirlo de alguna manera.
La frase cliché es que se han derribado barreras y acortado las distancias. ¿Se imaginan este nivel de desarrollo durante la guerra fría?. Eso es díficil de desmentir pues los hechos saltan a la vista. Pero una cosa es acortar distancias y otra muy distinta es hacer que eso sirva de algo.
Ese eco es el que diversas agrupaciones y personas individuales han generado. La tecnología debe ser útil a la humanidad, servir a ella. Pero también bajo condiciones en todos podamos acceder, no sólo como usuarios sino que ademas como emprendedores o evangelizadores de tecnología, aquí en Chile organizaciones como Liberación Digital y NeutralidadSi están haciendo lo suyo.
Sobre la humanización de la tecnología yo era bastante excéptico y pesimista, pero me he dado cuenta de que hay una generación que ve un sentido social-positivo a la tecnología, que nos ayuda a acceder a espacios nuevos, a emprender nuevas ideas. Nos hablan de la neutralidad tecnológica, de la libertad de acceso, de la apertura tecnológica. En definitiva hacer más humano el cuento. Se mueven rápidamente, ocurré algo aquí y allá ya lo saben: están muy despiertos a defender sus derechos pero también tienen clara su obligación con la sociedad, quieren aportar a ella.
Mi excepticismo iba por una carga de conocimiento histórico, la revolución es una constante que ya es parte de nosotros y que a veces cuesta asimilar. La historia ya es vieja: todos quieren acceder a lo que tienen unos pocos y ya conocemos los resultados. El eterno retorno nietzcsheano hace su aparición en todo su esplendor.
Sabía que la cosas iba más alla de Twitter.
Desde la revolución industrial, el uso de tecnología paulatinamente sumo a la esfera productiva-económica la esfera doméstica. Esto no fue inmediato. Barreras económicas, sociales (el miedo a la máquina del obrero del siglo XIX por ejemplo) e ideológicas no dieron un camino expedito a su desarrollo.
La voluntad de desarrollo en la industria dió como resultado condiciones de inseguridad total en la ejecución de trabajos por parte de los obreros, además de la creciente cesantía y la consecuente precarización de las condiciones socioeconómicas de los mismos, fenómeno que se conoce como la Cuestión Social. En definitiva la tecnología no era muy popular.
Con el tiempo científicos, ingenieros y diversos centros de estudio fueron generando el conocimiento necesario para que la fabricación y/o generación de tecnologías fuera más expedita, accesible y de bajo costo.
Pero esto no podía ser trabajo sólo para técnicos, debía haber un factor humano que le diera sentido y por lo tanto le impregnara un "futuro esplendor" y en esto, diversos intelectuales y humanistas hicieron lo suyo.
Es así que en el siglo XX, el desarrollo tecnológico comenzó a tomar un nuevo aliento. Muchas empresas (IBM, AT&T) destinaron recursos a innovación y desarrollo lo que trajo como consecuencia la aparición de nuevas tecnologías: Tubos de vacio, relés entre otros dieron paso a transistores y luego a circuitos integrados. También el germen de los sistemas operativos aparece con Unix.
Podría agotar muchos parrafos con la historia de este desarrollo pero me desviaría de mi objetivo inicial que es dar una reseña del panorama actual, además harto se ha escrito sobre la historia de la computación.
El asunto es que algo que se entendió inicialmente en circulos cerrados, ya sean académicos, científicos o industriales, ya es cada día parte del patrimonio de la humanidad. Se ha humanizado por decirlo de alguna manera.
La frase cliché es que se han derribado barreras y acortado las distancias. ¿Se imaginan este nivel de desarrollo durante la guerra fría?. Eso es díficil de desmentir pues los hechos saltan a la vista. Pero una cosa es acortar distancias y otra muy distinta es hacer que eso sirva de algo.
Ese eco es el que diversas agrupaciones y personas individuales han generado. La tecnología debe ser útil a la humanidad, servir a ella. Pero también bajo condiciones en todos podamos acceder, no sólo como usuarios sino que ademas como emprendedores o evangelizadores de tecnología, aquí en Chile organizaciones como Liberación Digital y NeutralidadSi están haciendo lo suyo.
Sobre la humanización de la tecnología yo era bastante excéptico y pesimista, pero me he dado cuenta de que hay una generación que ve un sentido social-positivo a la tecnología, que nos ayuda a acceder a espacios nuevos, a emprender nuevas ideas. Nos hablan de la neutralidad tecnológica, de la libertad de acceso, de la apertura tecnológica. En definitiva hacer más humano el cuento. Se mueven rápidamente, ocurré algo aquí y allá ya lo saben: están muy despiertos a defender sus derechos pero también tienen clara su obligación con la sociedad, quieren aportar a ella.
Mi excepticismo iba por una carga de conocimiento histórico, la revolución es una constante que ya es parte de nosotros y que a veces cuesta asimilar. La historia ya es vieja: todos quieren acceder a lo que tienen unos pocos y ya conocemos los resultados. El eterno retorno nietzcsheano hace su aparición en todo su esplendor.
Sabía que la cosas iba más alla de Twitter.
Por un lado, totalmente de acuerdo.
ResponderBorrarPor otro, la brecha digital.
Confío en que lo primero se coma a lo segundo.
la brecha digital, a mi modo de ver, es fácil de resolver y va en decenso. EL problema es que ese decenso ya de la mano con un enorme sesgo respecto de la variedad u oferta de tecnología. Desde el punto de vista de la gente común la opción es única: un computador Olidata con Windows como sistema operativo.
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